Si el 5G llega a los pueblos españoles, su economía y vida social experimentará un cambio. Esta tecnología permitiría a los habitantes de cualquier lugar -municipios, pedanías, pueblos o ciudades- conectarse a Internet, hablar por su teléfono móvil, trabajar o ver series a la misma velocidad y con la misma calidad de conexión que una persona que reside en el centro de Madrid o Barcelona.
Hoy en día, podemos observar grandes desequilibrios sociales y económicos entre zonas urbanas y rurales. Uno de los principales problemas es la falta de conectividad, ya que supone un gran obstáculo para la permanencia de la población y el desarrollo de nuevos proyectos. Por tanto, el 5G se antoja imprescindible para mejorar la calidad de vida de los habitantes de zonas rurales y disminuir la brecha digital respecto a las grandes ciudades.
Hoy en día, la relevancia de la conectividad se ha incrementado a raíz de la pandemia de Covid-19 y los cambios que esta ha traído consigo. Ha asentado el teletrabajo, que podría estimular el flujo poblacional hacia las zonas rurales, si la conectividad lo permite. Así como el nacimiento de los e-commerce y desarrollos web, que supone una oportunidad de incrementar ventas para los productores rurales.
Asimismo, el 5G mejoraría la vida de las personas que se dedican al sector primario. Con esta tecnología se podría conocer el estado de las plantas, por ejemplo, si tienen suficiente agua o por el contrario necesitan más. Lo mismo sucedería con los animales, se podría saber incluso cuánto comen y beben.
¿Llegará el 5G a todas partes?
Sin duda, el 5G puede ayudar a dar respuesta a los principales desafíos a los que se enfrenta el medio rural, pero para ello es necesario que las empresas y las entidades públicas realicen una gran inversión en infraestructura para hacer llegar el 5G a todos los rincones de España. Por tanto, la duda que nos surge es clara: ¿ayudará realmente el 5G a mejorar la vida en las zonas rurales? ¿llegará el 5G a todas partes?
En caso de que el 5G mejore la conectividad en las zonas urbanas, pero no llegue a las zonas rurales, la brecha digital seguiría aumentando y viviríamos una digitalización a dos velocidades. Esto aumentaría aún más las desigualdades. Así pues, es obvio que el 5G puede mejorar la vida de los habitantes de zonas rurales, pero para ello es necesario apostar por él y por su implantación igualitaria en toda España.